4OJOS ESTUDIO Alberto Hortas

4OJOS ESTUDIO Alberto Hortas

4OJOS ESTUDIO Alberto Hortas

Moldea con las manos sus creaciones para conseguir figuras realistas o fantásticas en las que plasma todo su talento. Es un artista de los efectos especiales. Alberto Hortas sentía pasión desde niño por el cine, el dibujo, la escultura… y en el momento que descubrió que su pasión era una profesión se lanzó sin pensarlo: “sabía que me gustaba esto, pero no sabía cómo llegar. Si tuviera que buscar un plan B, no lo tengo, no tengo alternativa. Muchas veces lo pienso y digo: ¿a qué me estaría dedicando? Pues no tengo respuesta”. Así, su hobby se ha convertido en su modo de vida.

Se formó en la Escuela de Arte Mestre Mateo de Santiago y cuando finalizó se fue a Madrid a realizar las prácticas formativas. Allí entró en contacto con las empresas de efectos especiales más relevantes del momento: “conseguí un contrato en Reyes Abades, una empresa potente de efectos, que justamente estaban empezando a hacer la película El espinazo del diablo, y a raíz de ahí conocí otras empresas y, poco a poco, empezó mi carrera profesional, en el año 2000”, explica. “Después he ido alternando y estudiando poquito a poco la carrera de Bellas Artes y cada verano si podía me iba a Madrid a trabajar”, recuerda. En el 2006 viajó a Barcelona para trabajar con DDT, “muy conocidos por haber ganado con la película El Laberinto del Fauno el Oscar y el Goya al Mejor Maquillaje. Es una especie de hito, en España por lo menos, de hacer visible el campo de los efectos y dignificar la profesión”, cuenta Alberto.

Tras cuatro años trabajando en diferentes empresas de efectos especiales fuera de Galicia decide regresar a su tierra. “Me vine buscando calidad de vida”, recuerda, “y con la idea de montar mi propia empresa”. Así es como nace 4 Ojos Estudio, el taller de A Coruña desde donde crea todo tipo de criaturas, tanto para el mundo audiovisual, como para museos y diferentes clientes. “Prefiero vivir aquí, en Galicia, con poquito, tener mi campamento base que es el taller y poder trabajar dignamente en unas instalaciones apropiadas”, añade.

En su taller de A Coruña produce criaturas para cine, televisión y museos

En su estudio se ha convertido en un “hombre orquesta”: “es lo más divertido de este trabajo. Estás sacando el molde de la persona, tienes que modelarlo, sacar las copias en silicona, aplicarlo… no te aburres en ningún momento porque estás haciendo un poco de todo”, explica. 4 Ojos Estudio es también un taller de creación y formación en este arte. “Imparto cursos de escultura y maquillaje y viene gente de París, Málaga, Barcelona…”, cuenta.

Su técnica es totalmente artesanal. Después de realizar tanto en papel como en el ordenador el diseño, comienza el proceso de escultura. Moldea sus figuras en barro o plastilina para luego reproducirlas en diferentes moldes de resina o silicona. “Los efectos especiales entran siempre porque el maquillaje tradicional no es suficiente. Si hay que alterar la fisionomía de una persona porque hay que envejecerla, tienes que ponerle pequeñas prótesis de silicona”, explica Alberto. “Lo mismo pasa con una escultura de una persona. Ahora, por ejemplo, estoy trabajando unas esculturas para el Museo de la Trashumancia, y me han pedido un señor de la zona con unas medidas determinadas y una fisionomía determinada. Sacas un busto de barro con mucho detalle y mucha definición y luego lo sacas en silicona, que es el material con el que se suele hacer”, añade.

4OJOS ESTUDIO Alberto Hortas

Con extrema precisión da vida a cada creación, mezclando el mundo fantástico con el mundo real: “ahora estoy haciendo el proceso de un maquillaje protésico de una supuesta señora mutante. Le he sacado un molde a una compañera mía, la voy a envejecer y por encima, en la parte de arriba de la cabeza va a llevar una especie de ser mutante. Suena un poco loco, pero espero que quede más formal y elegante”, cuenta. Además de ajustarse a las peticiones de sus clientes, Alberto intenta buscar tiempo para dejar que aflore su lado más creativo: “muchas veces te apetece hacer otro tipo de proyectos, más personales”.

Después de haber trabajado en el cine en producciones como Muchachada Nui, Eva, Agallas o Los Crebinsky y también en teatro para el Centro Dramático Galego, destaca recientemente su trabajo en la serie Hospital Real de la Televisión de Galicia. “Es curioso porque en Galicia mi campo en series no es demandado y de repente, salió esta serie y te piden un montón de elementos. Ha sido una especie de pequeña bendición porque puedes aplicar todos tus conocimientos y los estás viendo en la tele. De no haber trabajado en ninguna serie de repente trabajar en esta ha sido un placer”, señala.

Creatividad, talento y muchas horas de trabajo lo han convertido en referencia en el campo de los efectos especiales y su taller se ha convertido en un amplio escaparate tanto de criaturas fantásticas como de réplicas detallistas de la realidad.