Veterinario e ilustrador. Elisardo Barcala dedica su tiempo a sus dos pasiones. Tanto la Veterinaria como la ilustración son sus vocaciones: “elegí la primera para estudiar y trabajar y la segunda para mi tiempo libre, como afición y formación autodidacta, porque me satisfacía muchísimo”, cuenta Elisardo. Además se complementan: “la mayor parte de mis dibujos son de animales, cuando doy algún curso de veterinaria, las presentaciones que utilizo siempre incluyen mis ilustraciones”, explica.
Es ilustrador autodidacta. Comenzó en el año 1998 a realizar exposiciones y trabajos de ilustración: “llevaba dibujando desde que tengo conciencia de estar vivo y ya era hora, con más de 30 tacos, de atreverme a publicar algo”. Su objetivo era conseguir trabajos que estimulasen su afición y obtener retorno económico. Y aquello funcionó. Trabajó para The Coca-Cola Company y en desarrollo de producto en diseños de Jordi Labanda, entre otros.
“Acostumbro a tratar casi todo con humor porque el humor siempre seduce. Reír, o sonreír, es buenísimo para la salud mental”
Pese a que realiza ilustraciones para agencias de publicidad y una amplia variedad de encargos, Elisardo cuenta que le hubiera gustado haber recibido una formación profesional y académica: “aunque estoy orgulloso de mis progresos como autodidacta, tengo que reconocer que no he progresado más en la ilustración por no haber recibido formación. Somos animales sociales, para alcanzar la excelencia necesitamos sinergias. El tiempo que has dedicado a descubrir por ti mismo una técnica es enorme en comparación al que emplea un buen formador para enseñarte”, explica.
Y aunque asegura que sus ingresos principales provienen de la veterinaria, la ilustración le reporta “más satisfacciones que beneficios”. Confiesa que vivir del arte es difícil, y añade: “para ser un crack hace falta dedicación a tiempo completo”.
Todo aquello que le rodea le sirve como inspiración y sus obras llevan el humor gravado en cada uno de sus trazos: “acostumbro a tratar casi todo con humor porque el humor siempre seduce. Reír, o sonreír, es buenísimo para la salud mental. El humor seduce al lector: ver algo divertido siempre estimula, emociona, provoca interés” añade. Para Barcala el humor es fundamental para la comprensión: “viene a ser como poner un ejemplo sencillo y atractivo del contenido del texto, ilustrar en estado puro, dar luz a lo que se quiere transmitir”. Cuenta, además, que estimula la memoria: “frecuentemente, el humor se produce porque sorprendemos al cerebro del lector mediante dobles sentidos, exageraciones, absurdos, etc. La impresión es uno de los mecanismos más eficaces para la consolidación de la memoria. Sólo hay que ver el mundo de la publicidad: el humor es uno de los resortes más utilizados para captar la atención y transmitir un concepto”, apunta. Con el humor como seña de identidad Elisardo busca sorprender con sus creaciones: “intento sorprender, aunque no siempre lo consiga”.
Digital versus tradicional
El ilustrador asegura que es difícil dotar a una obra digital del encanto de las técnicas tradicionales, pero confiesa que actualmente prefiere el medio digital. “Las obras realizadas mediante técnicas tradicionales son «registros primarios» únicos y esto no lo ha logrado la obra digital”, explica. “La obra digital es un archivo que se puede reproducir infinitamente y con igual contenido y calidad que la obra original. Con el papel no ocurre esto: puedes hacer copias de altísima calidad, pero siempre está el registro primario original, siempre hay una diferencia de fidelidad de contenido entre ambos”, añade. Elisardo compara el proceso de la ilustración digital con la fotografía: “las técnicas han cambiado mucho. La fotografía digital ha logrado que el autor pueda realizar todas las fotografías que necesite sin incrementar el gasto de dinero y tiempo en estas pruebas. En la ilustración pasa lo mismo. Al visualizar tantas pruebas de color, composición, etc., mejora mucho tu capacidad para prever mentalmente el resultado antes de realizar la obra”.
Por ello Elisardo realiza la mayoría de sus trabajos con el ordenador: “los bocetos siempre a mano, pero luego escáner, y redibujar en el ordenador mediante una tableta gráfica”, explica. Entre las técnicas tradicionales más empleadas en sus dibujos están la acuarela sobre papel, lápiz de color, grafito y combinaciones de todo ello: “imposible abarcar todas las posibilidades. Son un mundo. Para mí, esta circunstancia las hace mucho más atractivas”, añade.
Su tiempo para la ilustración es limitado, condicionado por su trabajo como veterinario, pero nos cuenta que está trabajando ya en el desarrollo de un logotipo, en un cuento infantil y en ilustraciones para conferencias sobre sanidad animal.